domingo, 3 de mayo de 2015

Plaga de lesiones de LCA en mujeres ¿Por qué?

LCA en Mujeres



Estadísticas internacionales nos dicen que la lesión de LCA son más frecuentes en mujeres que en hombres, sobre todo en aquellos deportes en los que esta lesión se produce por giros, torsiones y cambios de velocidad. Seguro que pensáis que estas estadísticas son falsas ya que todos vemos a más hombres que mujeres operados de esta lesión, pero debemos tener en cuenta que todavía los hombres hacen más deporte que las mujeres, y más deporte de contacto. Solo hay que ver, que periódicos internacionales se han hecho eco de esta “plaga” de lesiones de LCA en mujeres deportistas: 


Una vez conocemos estas estadísticas nos preguntamos a qué se debe, y diferentes estudios nos han ido revelando pequeños detalles.

En primer lugar sabemos que las mujeres tienen el llamado “valgo fisiológico”, es decir, las piernas tienden a ir hacia dentro, como si las rodillas intentarán tocarse, aumentando la tensión del ligamento.



En un estudio realizaron las siguientes mediciones posturales: posición de caderas y pelvis en bipedestación, posición sagital y frontal de la rodilla, longitud de los isquiotibiales, angulación de la articulación subastragalina e inclinación escafoides, identificándose diferencias significativas con mujeres sanas, donde estaba aumentada la lordosis lumbar, la rotación interna de fémur y el valgo de rodilla.
El ángulo Q, cuyo valor normal es de 8 a 17°, es consistentemente mayor en las mujeres. Este aumento se atribuye a que, en promedio, la pelvis de la mujer es más ancha y el fémur más corto que en el hombre. Al existir un ángulo Q elevado aumenta el estrés medial sobre los ligamentos de la rodilla. La población de atletas con lesión del LCA tiene un ángulo Q aumentado en relación con los atletas no lesionados.
Otro factor de importancia es la rotación interna del fémur y rotación externa de la tibia. Además su menor tono, y fuerza muscular en los músculos que controlan la rodilla, favorecen esta lesión.


Además nos hablan de un grado de capacidad propioceptiva menor en mujeres que en hombres, lo que explicaría también el tema del que hoy hablamos, aunque de forma personal no he encontrado mucha información sobre ello, y no lo veo muy claro.
En esta línea de lo no probado científicamente, aunque a nivel personal más lógico, parece ser que la variación en los niveles de estrógeno y progesterona en el ciclo menstrual podrían estar relacionados.

Como resumen os aconsejo que reproduzcan este video


Inés Pérez