lunes, 21 de septiembre de 2015

Síndrome antifosfolípido, una enfermedad poco conocida.

UNA ENFERMEDAD POCO CONOCIDA: EL SÍNDROME ANTIFOSFOLÍPIDO (SAF)



Todos hemos oído hablar de enfermedades autoinmunes como el Lupus eritematoso sistémico (LES), enfermedad de Crohn, esclerosis múltiple o espondilitis anquilopoyética, entre otras.
 Pese a ser un conjunto de enfermedades denominadas raras, actualmente se están diagnosticando más casos, en este artículo nos centraremos en el Síndrome antifosfolípido (SAF), una patología difícil de diagnosticar, ya que requiere el cumplimiento de parámetros tanto clínicos como de laboratorio, no es suficiente con la clínica aislada sin la presencia de anticuerpos, al igual que tampoco lo es la determinación de anticuerpos sin ningún tipo de clínica o abortos de repetición, por ello, su diagnóstico, en numerosas ocasiones es tardío, y dichos pacientes presentan diversas comorbilidades secundarias por ejemplo al transcurso de una trombosis venosa profunda (TVP) o a un tromboembolismo pulmonar (TEP), puesto que es frecuente que estos pacientes presenten TVP, TEP, trombosis arteriales, embolismos y/o abortos de repetición.

®    ¿Qué es y cómo se diagnostica?
                                                                                                                                 
Es una enfermedad caracterizada por la síntesis de autoanticuerpos que atacan los vasos sanguíneos, desencadenando inflamación, activando la cascada de la coagulación, originando trombosis, embolismos, abortos por insuficiencia placentaria, preeclampsia...

Su diagnóstico, como comentaba anteriormente, es difícil y tardío, entre los parámetros analíticos que deben cumplir los pacientes con sindrome antifosfolipido tenemos la determinación de al menos uno de los tres anticuerpos y la confirmación de dicha positividad transcurridas al menos 12 semanas desde la primera analítica. No tiene por qué ser el mismo anticuerpo el que de positivo en ambas analíticas, ya que la positividad de los anticuerpos en dicha patología es de carácter alternativo, los pacientes pueden presentar en una analítica positividad en uno de ellos y en la próxima analítica ser positivos los tres anticuerpos, por ejemplo los siguientes anticuerpos:
Anticuerpo anticardiolipina (aCL)
Anticoagulante lúpico (AL)
Anti-beta2-glicoproteina-1 (anti-B2GP1)

El sindrome de hiperviscosidad que acompaña al SAF es el que favorece la aparición de TVP,  trombosis arteriales, TEP, etc, por ello, se debe instruir al paciente para que controle su nivel de colesterol, su glucemia... para disminuir el riesgo trombótico en la medida de lo posible, ya que presentar anticuerpos antifosfolípidos sin ningún otra comorbilidad acompañante, pese a presentar una hiperviscosidad sanguínea, por sí mismo no induce la aparición de trombos, ya que esto sería lo que catalogaríamos como primer impacto, y es necesaria la aparición de un segundo impacto para que tenga lugar el fenómeno trombótico, como segundo impacto encontramos por ejemplo la obesidad, el sedentarismo, diabetes mellitus, hipertensiónarterial...


Puede afectar a todos los grupos de edad, desde la infancia hasta la vejez, pero la mayoría de los pacientes tienen edades comprendidas entre los 20 y 50 años de edad. Es más común entre las mujeres (por cada dos hombres con  síndrome antifosfolípido hay siete mujeres afectadas).



 

®    Ejercicios que podemos realizar:

Estos dependerán de las comorbilidades que presente el paciente. Debemos tener en cuenta que la vertiente física del tratamiento en una enfermedad venosa no debe limitarse a proporcionar una lista que incluya las principales normas de higiene de vida o algunos consejos de motivación con relación a la marcha regular. Por el contrario, es preciso proponer un verdadero programa reeducativo claramente detallado y basado en los datos clínicos y paraclínicos. Lo más frecuente es que los medios del tratamiento reeducativo estén asociados con diversas técnicas.
Vamos a nombrar unos ejemplos:

Si el paciente ha sufrido una trombosis en MMII, y sindrome postflebítico, debemos realizar una rehabilitación enfocada a ello, como  por ejemplo:
  Cinesiterapia: se efectuará alternativamente en decúbito supino y en bipedestación de forma que se estimule la vasomotricidad. Se basa en primer lugar en la verticalización y en la reanudación de la marcha (si es posible con apoyo) precoces. Se asociará el trabajo analítico, centrado en la musculatura crural: movimientos de flexión-extensión, eversión-inversión de los pies, asociados a la elevación de las extremidades inferiores. Estos movimientos deben ser repetidos en series, en sinergia con ejercicios respiratorios que estimulen de forma amplia y lenta el par diafragma-banda abdominal.
Compresión neumática intermitente o estimulación eléctrica: pueden proponerse en los casos en los que no puede llevarse a cabo el trabajo muscular activo (alteraciones de la conciencia, parálisis central, etc.). Por lo que respecta a la estimulación eléctrica externa, utiliza habitualmente corrientes excitomotoras de baja frecuencia en el tríceps sural, de forma bilateral, mediante sesiones de 20 a 30 minutos dos veces al día.

Si ha sufrido un TEP, debemos hacer rehabilitación respiratoria y tratamiento postural.

Si padece preeclampsia, podemos hacer ejercicios de relajación con la embarazada, ejercicios pélvicos sobre una pelota de pilates que favorezcan el canal del parto y masaje de drenaje en MMII.


Nuestra intención con este post es dar a entender la importancia de que se conozca este tipo de patología, debido a las necesidades que requiere, como por ejemplo ante un paciente afectado debemos tener en cuenta en qué fase de la enfermedad se encuentra porque no ha de someterse a ejercicios intensos debido a que uno de los trombos podría desprenderse y obstruir un importante vaso.
 Es muy importante cuando atendemos a un paciente por primera vez una buena anamnesis con una adecuada valoración para que sepamos como poder realizar una correcta terapia de rehabilitación.



®    Bibliografía:

                    Practice A Patient’s Journey
                   Antiphospholipid syndrome
                   BMJ 2015; 350 doi: http://dx.doi.org/10.1136/bmj.h1426 (Published 02 April 2015) Cite this as                    BMJ 2015;350:h1426

2.       www.hughes-syndrome.org