jueves, 25 de diciembre de 2014

SÍNDROME DEL CUIDADOR

¿Qué pensaríamos si nos ofrecieran un trabajo con una jornada de 24 horas diarias? ¿con un sueldo escaso o casi ni existente? ¿sin contrato? ¿e impuesto “por obligación”? Posiblemente la mayoría saldríamos corriendo, porque lo de encontrar trabajo está mal pero no tanto.


Pues bien, estas son las condiciones en que muchos personas se encuentran cuando les anuncian que algún familiar suyo se va a convertir en una persona dependiente y que va a necesitar una atención muy especial.


La esperanza de vida que no para de aumentar, las ayudas de la ley de dependencia que parecen no llegar, los casos de enfermedades raras en los que nadie parece saber muy bien que hacer, todas las personas que sufren con un daño cerebral que conllevará un giro inesperado en su vida,... Todos ellos y los que se me han quedado sin nombrar son sucesos que incorporan otro caso de dependencia a la lista. Pero esto no involucra solo la vida del dependiente, sino que genera un gran cambio en todos los que le rodean y, sobre todo, en los familiares más cercano que son los que tendrán que encargarse de ellos.


En esta situación, encontramos lo conocido como “síndrome del cuidador” o “cuidador quemado”:


  • Es un trastorno que afecta a las personas que ocupan el papel de cuidador principal de una persona dependiente. Sufren de cansancio tanto físico como mental. La persona se ve de repente envuelta en una situación totalmente nueva para ella y en la que muchas veces no tiene muy claro lo que se debe hacer y lo que no. Se caracteriza por un estrés continuado provocado por la gran responsabilidad que recae sobre ella. Supone un cambio radical en su vida personal, la cual ahora dedica casi en exclusiva a cuidar a lo otra persona.


¿Qué personas sufren este síndrome?



Generalmente hablamos de mujer de edad adulta, hija o cónyuge del afectado. Puede ser ama de casa pero también mujer trabajadora que intenta compaginar su trabajo con el cuidado del enfermo. Estas mujeres, que al principio asumen toda la responsabilidad voluntariamente, ven como poco a poco esto les va “chupando” su propia vida. Hasta el punto en que muchas tienen que dejar sus trabajos para poder dedicarse por completo a la otra persona.


Normalmente reciben poca o ninguna ayuda de otros familiares o amigos, llegando a vivir exclusivamente por y para la otra persona.


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¿Qué ocurre en la vida de los cuidadores para que se conviertan en cuidadores quedamos?



Esta situación tiene consecuencias en todos los aspectos de su vida: física, psíquica y social.


Si algo tenemos claro los fisioterapeutas, es que tenemos un único cuerpo y es nuestra responsabilidad cuidarlo y tratarlo como se merece, ya que será nuestra herramienta fundamental de trabajo. Pero nosotros disponemos de una larga preparación y formación para saber como se deben hacer las cosas. Pues algo tan básico como levantar a un persona de la cama puede suponer daño increíble para nuestras espaldas.  Los cuidadores no reciben nuestra formación y, sin embargo, tendrán que realizar conductas de este tipo a todas horas. Por lo que es muy importante que nosotros, como profesionales,  les inculquemos esta idea de cuidarse a uno mismo y les enseñemos como deben hacer las maniobras de la mejor forma, no solo para el enfermo sino, también para él y su cuerpo.


Sin embargo el cansancio no se queda solo en lo físico,  a este se le une el agotamiento mental:


  • Estrés por la sobrecarga de responsabilidades
  • Impotencia ante situaciones que sobrepasan su control
  • Culpabilidad por lo que le ocurre al enfermo o por querer dedicar tiempo a ellos mismos.
  • Ansiedad, nerviosismo, estrés agresividad,...
  • Desmotivación y depresión


A todo ello se le une un factor que es clave para nuestra felicidad: la vida social. El cuidador entra en un estado de aislamiento,  se aleja de sus amigos, de otros familiares, deja a un lado las costumbres, hobbies o rutinas que tenía antes. Junto con  cambios de apetito, de peso, desorden en los patrones de sueño y sobre todo la falta de preocupación por uno mismo se produce un empeoramiento de la salud propia (mayor riesgo de enfermedades).


¿Qué podemos hacer para evitarlo?



El principal punto a tener en cuenta es la clase de vida que llevaba esa persona antes de convertirse en cuidador. Debe hacer todo lo posible por conservar su aficiones y sus costumbre, es decir, no perder su vida propia.  Hay factores con los que lidiar: el estrés, un buen descanso, vida saludable y mantenerse activos.


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Un buen método para combatir el síndrome del cuidador es buscar grupos de apoyo. Un lugar donde poder compartir las dudas y frustraciones, para sentirse escuchados y comprendidos, darse cuenta de que hay más gente que comparte su situación.


Otros consejos pueden ser:


  • Buscar otras ayudas, ya sean otros familiares o contratar a alguien que se encargue de la persona durante unas horas, para así poder descansar
  • Momentos de respiro, dedicarlos al ocio, deporte, amigos, …. Evitar el aislamiento social
  • No sobreproteger a la persona. Si hay algo que puede hacer solo el cuidador debe dejarla, de otra manera solo aumentará la situación de dependencia y empeorará la suya propia.
  • Intentar mantener una situación positiva
  • Información e información, ya sea en los grupos de apoyo o preguntando a los profesionales de la salud. El cuidador debe resolver sus dudas, sino las consecuencias caerán sobre el dependiente y, por lo tanto, sobre ella misma.


No resulta sencillo seguir estos consejos, sobre todo si unimos el factor económico. Los gastos de medicinas, el acondicionamiento del hogar, contratar a alguien para que lo cuide o pagar un residencia no es algo que todo el mundo se pueda permitir. Además la situación empeora cuando el cuidador es el único familiar cercano y se ve obligado a dejar su trabajo para atender a la persona, es decir, no tiene de donde recibir ayuda económica para poder sostener la situación, más que del Estado. Uno de los puntos más importantes de la “Ley de Dependencia” eran las ayudas para el cuidador, una manera directa de acabar con esta situación. Por desgracia, para que esto no se ha llegado a cumplir todavía…


A pesar de todo ello,  las personas que se encuentren con esta realidad no deben perder la esperanza, hay que seguir buscando alternativas para continuar hacia delante. Sería ideal que el cuidador encontrara varias horas para descansar y despejarse, pero si eso no se puede,  habrá que aprovechar cualquier rato.


Hoy en día las tecnologías nos acercan el pilates, la zumba, métodos de relajación y métodos de mantenernos en forma,... a un click de pantalla y es algo que no podemos dejar pasar. Además no debemos desaprovechar cualquier oportunidad de salir a pasear con la persona pues aunque el esfuerzo sea mucho para, quizá, poco tiempo, ver a más gente, caminar y ver la luz del sol, sin una ventana por en medio, beneficiará tanto al cuidador como al dependiente.
En estos tiempos más que nunca debemos de dar rienda suelta a nuestra imaginación, siempre hay algo en lo que podamos mejorar.

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martes, 23 de diciembre de 2014

AEROTERAPIA

Habitualmente, cuando sufrimos alguna alteración en nuestra salud, nos preocupamos por lo que comemos y bebemos, para recuperar cuanto antes el estado de salud. Pero muy pocos se acuerdan de cuidar algo muy importante: la respiración.


La respiración es uno de los procesos más importantes (por no decir el más), ya que de él dependen los demás. Podemos estar un tiempo sin beber ni comer, pero sin respirar no podemos sobrevivir más de unos minutos.

Las ciudades, el humo, la contaminación, la poca ventilación de las viviendas y el sedentarismo son unos cuantos de los muchos factores que contribuyen a una mala oxigenación de nuestra sangre y tejidos, lo que repercute negativamente en nuestro estado de salud.


La hemoglobina de nuestros glóbulos rojos, junto con el hierro, capta el oxígeno que llega a nuestros pulmones y desprende el dióxido de carbono residual de nuestro metabolismo. Por ello, si la cantidad de oxígeno que inhalamos, y que correrá por nuestra sangre, es muy pobre, nuestro cerebro se resentirá, todos nuestros aspectos emocionales e intelectuales se ven afectados y nuestro cuerpo pierde vitalidad y se intoxica.

De la misma forma, si en nuestro cuerpo existe una gran cantidad de dióxido de carbono, nuestra salud se puede ver seriamente amenazada. De ahí la importancia de una buena ventilación de las viviendas, para evitar un aire no limpio y cargado de esta sustancia.

La gran superficie de nuestros alvéolos pulmonares (unos 100 m₂) hace posible el intercambio gaseoso de unos 6000 litros de aire al día. Por lo que cualquier factor que reduzca esta superficie o el volumen de aire va a conducir al mal funcionamiento e insalud de nuestro cuerpo, y más especialmente, de los pulmones.

Cuando realizamos actividad física con regularidad, no es necesario preocuparse mucho por nuestros pulmones, pues éstos reciben una buena ventilación mediante inspiraciones y espiraciones profundas, pero si solemos llevar una vida sedentaria, es importante aprender a respirar y convertirlo en un hábito.

La contaminación atmosférica no tiene fronteras, pero sí podemos encontrar aires más respirables en los sitios de abundante vegetación y alejadas de zonas industriales.

Las zonas de arboledas y bosques ejercen un efecto depurador del aire, actuando de filtro para las partículas de polvo, a la vez que gracias a la función clorofílica producen notables cantidades de oxígeno y reducen la concentración ambiental de dióxido de carbono. Asimismo, en los bosques hay una mayor concentración de ozono que en las grandes poblaciones. Su gran poder oxidante le permite actuar como purificador ambiental, siempre que permanezca en las concentraciones que nos proporciona la naturaleza, pues en dosis elevadas, por vía respiratoria, es tóxico. 


El valor higiénico y saludable de la vegetación es, pues, indudable e imprescindible para una buena calidad de vida. Poco a poco una sociedad como la nuestra que destruye e incendia los bosques va consumiendo el inmenso valor que la naturaleza nos ofrece para beneficiar nuestra salud, por ello debemos tender a la protección de los mismos y la creación de amplias zonas verdes en las ciudades, para conseguir una mejor protección de nuestra salud.

La aeroterapia es un método de tratamiento para ciertas enfermedades de los pulmones, como la tuberculosis o enfisema, y que utiliza únicamente aire, ya sea frío, de montaña, marítimo, comprimido, etc. También se emplea aeroterapia para el cuidado de la piel. Un método muy fácil de realizar es exponer el cuerpo desnudo al aire libre, a la sombra o en un día nublado, durante menos de 1 hora. Sus beneficios son variados: fortalecimiento de las defensas, purificación de la piel, calma los nervios y contribuye a un mejor desempeño de las actividades físicas. Produce un suave efecto estimulante sobre la piel, constituyendo una medida suave de fortalecimiento de nuestro organismo, por una mejor adaptación a los estímulos térmicos ambientales.

Nuria Requena

Enlaces:


http://www.educacionsalud.com/nat_aero.html

domingo, 21 de diciembre de 2014

Rehabilitación post ictus



Rehabilitación tras un ictus

Todos hemos oído hablar de lo importante que es la actuación inmediata ante un accidente cerebrovascular. Cuando se activa un código ictus (nombre utilizado en el servicio hospitalario para dar prioridad al paciente que viene afectado) es importante no demorarse más de seis horas hasta la atención de un neurólogo, esto es crucial para obtener un buen pronóstico. Además la decisión acerca del hospital al que se traslada a los pacientes puede influir en su evolución posterior, por lo que los hospitales a los que se deriven deben disponer de unos servicios mínimos que garanticen el acceso a pruebas de imagen cerebral y a una atención especializada por un equipo multidisciplinar.

  •    Pero ¿qué es un ictus?

Un ictus es una enfermedad neurológica que se produce cuando el flujo sanguíneo del cerebro se interrumpe. Existen dos tipos:

Ictus isquémico:
Cuando el flujo sanguíneo se interrumpe por una obstrucción (por ejemplo por un trombo) en un vaso sanguíneo.

Ictus hemorrágico:
Cuando un vaso sanguíneo se rompe, causando un sangrado dentro del cerebro.

Un Ataque Isquémico Transitorio (AIT): Es un tipo de ictus isquémico que se produce igualmente por la interrupción del flujo sanguíneo, pero de manera temporal, siendo habitual que los síntomas duren unos pocos minutos y que el paciente se recupere totalmente en menos de 24 horas. El AIT incrementa el riesgo de padecer un ictus y es, al igual que éste, una urgencia médica.


  •       Síntomas:

 - Pérdida brusca de movimiento o debilidad del brazo, pierna o cara, especialmente cuando se produce en un lado del cuerpo.
- Problemas repentinos de visión, en uno o ambos ojos.
- Dolor de cabeza repentino sin causa conocida.
- Dificultad en el habla: balbuceo, incapacidad para encontrar palabras adecuadas o no ser capaz de comprender lo que otras personas dicen. 
- Problemas repentinos al caminar o pérdida de equilibrio o de la coordinación.
- Sensación brusca de acorchamiento u hormigueo en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.

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  •       Secuelas y complicaciones tras haber sufrido un ictus:


-      Problemas físicos y alteración del movimiento.
-      Caídas.
-      Visión.
-      Lenguaje.
-      Sensibilidad.
-      Espasticidad.
-      Dolor central.
-      Sondas para una correcta nutrición.
-      Disfagia.
-      Incontinencia urinaria.
-      Problemas psicológicos
-      Alteraciones del humor.









  •    Tratamiento de rehabilitación tras el ictus.


La rehabilitación es uno de los aspectos más importantes de una persona tras sufrir un ictus. Como he mencionado antes, pueden surgir secuelas y complicaciones que impidan la realización de actividades cotidianas, realizadas antes de sufrir el ictus con normalidad.
Nuestro objetivo será proporcionar al paciente el mayor grado de autonomía posible, mejorando las capacidades afectadas, aumentando así la calidad de vida del paciente. Es necesario tratar al paciente junto con un equipo multidisciplinar (médicos, enfermeros, psicólogos...) y no olvidar la importancia de la implicación directa de la familia.
Es muy importante comenzar con la fisioterapia cuanto antes, pudiéndose iniciar en el hospital (en fases muy tempranas) y continuar de forma ambulatoria o en clínicas de fisioterapia.
En primer lugar se debe realizar una evaluación completa para identificar cuáles son las discapacidades y necesidades del paciente identificando también lo que el paciente puede realizar. Tras esta evaluación se planificará un tratamiento con unos objetivos a corto, medio y largo plazo. Durante el tratamiento debemos reflejar los resultados para compararlos con el estado inicial.
Debido a que cada paciente es diferente y las zonas del cerebro dañadas varían de una persona a otra, la recuperación de las capacidades no será igual y debemos hacer un programa específico para cada paciente. Es muy importante que no sólo nos fijemos en la técnica a realizar sino que debemos motivarles y animarles para que puedan conseguir sus objetivos y así obtendremos también una participación activa.

La recuperación dependerá de la motivación y la extensión del daño cerebral.
Además es importante tener en cuenta la influencia de otros factores a la hora de la rehabilitación como serán la edad, factores de riesgo y un estado general.
El tratamiento está basado en la estimulación y utilización de diferentes técnicas, basándose en la plasticidad neuronal que no es más que la capacidad adaptativa que posee el Sistema Nervioso para minimizar los efectos de las lesiones modificando su propia organización estructural y funcional.

- Algunas de las alteraciones que trata el fisioterapeuta son:

-      Alteraciones del movimiento y de la coordinación.
-      Alteraciones del tono muscular.
-      Alteraciones del control postural y del equilibrio.
-      Incapacidad para caminar.
-      Alteraciones sensitivas.
-      Trastornos cognitivos.
-      Alteraciones de la función pulmonar.
-      Alteraciones como: la incontinencia, la depresión, las alteraciones del habla y el lenguaje, la alteración de la deglución (disfagia), se tratan en colaboración con el resto de profesionales del equipo.

El fisioterapeuta también enseñará al paciente y a su familia la forma de realizar las transferencias (cambios de postura), cómo colocarse para dormir y otras actividades de la vida diaria (AVD). Sin embargo, es importante que el paciente haga todo lo que le sea posible dentro de sus posibilidades, para estimular así su recuperación.
El tratamiento no es solo cuando se encuentre con el fisioterapeuta, sino que será importante  tener en cuenta las técnicas que aprenden durante las sesiones para practicarlas en casa también, el tratamiento es 24 horas al día.


TAMARA RICARTE

Fuentes:


http://www.stroke.org/stroke-resources/raise-awareness-stroke/stroke-awareness-resource-center/%C2%BFqu%C3%A9-es-un-ataque-cerebra-1

http://www.fisioterapianeurologica.es/documentos/GPC_466_Ictus_AP_Lain_Entr_paciente.pdf