miércoles, 3 de diciembre de 2014

CONDROMALACIA ROTULIANA.

La condromalacia rotuliana también es conocida como condromalacia patelar, es una enfermedad que se caracteriza por la degeneración del cartílago que se encuentra en la parte posterior de la rótula, se va debilitando y pueden llegar a producirse fisuras. El continuo roce de los cóndilos femorales sobre la rótula favorece este desgaste. Es una enfermedad frecuente a partir de los 40 años, pero sobre todo en deportistas que practican fútbol, baloncesto, tenis, ciclismo u otros deportes, personas sometidas a mucho estrés y carga en el trabajo sobre las rodillas, en personas sedentarias que fuerzan las rodillas, y en personas mayores ya que sus articulaciones se resienten con mayor facilidad, llegando a presentar problemas de artritis (inflamación del tejido articular) o artrosis (desgaste del cartílago). La patología de rodillas es más frecuente en mujeres que en hombres debido a sus características anatómicas.




La rótula forma parte de una articulación indispensable para el ser humano, en ocasiones el movimiento de la rótula puede no ser el correcto, es decir no se encuentra totalmente centrada en la articulación generando así roces que degeneraran el cartílago, dejando de tener una estructura lisas y de color blanco que lo caracteriza, pasando a una superficie rugosa, puede  llegar a darse la pérdida total del cartílago quedando expuesto el hueso. Esta anomalía ocasionara que la rodilla genere sonidos y chasquidos al efectuar ciertas actividades como subir o bajar escaleras, caminar o agacharse, pero sobretodo producirá molestias limitando la flexión o la extensión y causara dolor.


Condromalacia rotuliana grado IV.
A. Radiografía lateral.   B. RNM sagital en T1


Los síntomas de esta enfermedad son variables ya que están relacionados con el grado de afectación del cartílago, pero dentro de los más comunes encontraremos dolor en la región anterior de la rodilla que puede ser intenso y empeora con el tiempo, sensibilización en la articulación percibiendose fricción cuando se extiende la rodilla, chasquidos o crujidos en la región, o sensación de inestabilidad de la rodilla. En ocasiones las personas deciden no recibir tratamiento, ya que persiguen la enfermedad como una situación pasajera, de manera que el cartílago seguirá desgastandose y puede llegar al punto en que se necesite una intervención quirúrgica para un reemplazo total de la rodilla. Existen varios grados para determinar la evolución de la enfermedad:



  • Grado I: presencia de edema y cambios leves en cartílago.
  • Grado II: cartílago presenta zonas con fisuras. Por medio de una artroscopia se puede ver como el cartílago se va deshilachando.
  • Grado III: las fisuras se ensanchan alcanzando capas más profundas.
  • Grado IV: aparece ulceración, las fisuras continúan ensanchandose.
  • Grado V: como consecuencia de la ulceración tan profunda se verá afectado el hueso subcondral, llegando a hiperatrofiarse como ocurre en la artrosis.



Cuando se detecta una condromalacia inicial el tratamiento va más orientado a tomar medidas correctivas de las causas que provocan la condromalacia combinado con algunos medicamentos, se deben evitar subir escaleras o realizar actividades en las que se flexione mucho las rodillas, suspender momentáneamente la práctica del deporte que puede estar favoreciendo la lesión; pero si está en una fase muy avanzada y hay una destrucción mayor del cartílago con exposición ósea es necesaria la intervención quirúrgica para estabilizar los bordes de la lesión y dependiendo de la edad del paciente y su condición deportiva se estimula la capacidad de regeneración del cartílago por medio de microfracturas.



Ivonne Loaiza Llanos.

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